Qué creemos

Nuestro Propósito

El propósito de esta Iglesia es glorificar al Dios de las Escrituras promoviendo Su Palabra, edificando y equipando a los santos en su ministerio, evangelizando y enseñando a todas las naciones acerca de nuestro Señor Jesucristo y Su Reino. Con este fin nos comprometemos a proclamar por todo el mundo todo el consejo de la Palabra-Ley de Dios, especialmente Su glorioso Evangelio de gracia en Jesucristo, y a proclamar y defender la “fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3).

Artículos de Fe y Doctrina


Creemos que la Biblia es la Palabra infalible, inerrante e inspirada de Dios por excelencia y que Nuestras Tres Fórmulas de Unidad de las iglesias Reformadas con base en el Credo de los Apóstoles, son un resumen breve de esas verdades siendo la Biblia del Cántaro la primera edición revisada completa de la Biblia del Oso de Casiodoro de Reina de 1569; la traducción al español que representa un impulso sin igual para la Reforma Hispana.

Estas expresiones de fe bien pueden converger en aquello que los Reformadores declararon como las 5 Solas y que hoy igualmente que ellos confesamos como Iglesia local:

Declaración de fe sobre la masculinidad y la feminidad

En relación a estos temas creemos que: 

  1. DIOS creó a los seres humanos, tanto hombres como mujeres, a Su propia imagen, con el llamado a sojuzgar la tierra para Su gloria, no a dominar a sus semejantes o iguales (Génesis 1:26-27).
  2. En Cristo, tanto hombres como mujeres son perfectamente iguales tanto en dignidad y valor moral como en posición ante DIOS y Cristo (Gálatas 3:28; Colosenses 3:9-11).
  3. En su relación personal, el hombre y la mujer dependen mutuamente uno del otro y deben servirse mutuamente dentro del marco de la verdad y con un sentido de complementariedad en paridad ordenada (1 Corintios 11:11-12).
  4. En cuanto al matrimonio, éste fue diseñado para ser manifiesto y realizado correctamente entre un hombre y una mujer y el ideal es que éste sea de por vida y para la Gloria de DIOS (Génesis 2:24; Mateo 19:3-9).
  5. En cuanto a los maridos y su esfera de responsabilidad en el matrimonio, ellos están llamados a ser los primeros entre iguales para servir amando a sus esposas sacrificialmente como Cristo amó a Su iglesia (Efesios 5:25-33).
  6. En cuanto a las esposas y su esfera de responsabilidad en el matrimonio, ellas son llamadas a un compañerismo de liderazgo piadoso obedeciendo y sujetándose al servicio primario de sus esposos así como la Iglesia se somete al servicio ejemplar de Cristo (Efesios 5:21-24).
  7. Finalmente, sólo los hombres que son llamados y calificados deben ser ordenados como líderes en la iglesia (1 Timoteo 3:1-13), sirviendo como representantes del servicio de Cristo en la Iglesia, mientras que las mujeres, representando a la Iglesia, son santificadas a través de la Palabra y el servicio. Este papel pastoral no disminuye la colaboración de las mujeres piadosas en el ministerio, sino que la fomenta de manera complementaria, sin establecer una jerarquía de género, sino enfatizando el orden apropiado de servicio entre ambos géneros (1 Pedro 1:1-4; Romanos 16:1-16; 1 Corintios 9:5; 16:15-16).

En resumen

La consistencia de la Autoridad de las Escrituras, con nuestros Credos Universales como Confesiones de fe Reformada, y la declaración de fe sobre la masculinidad y feminidad con Su fundamento Escritural, pone en manifiesto el pacto de Gracia y de Domino que Dios goza en sí mismo y que Él establece y garantiza con los Suyos por medio de Jesucristo, siendo Cristo y la Iglesia el complemento eterno que DIOS ha revelado.

De este modo, vemos que la primera SOLA que la Iglesia aprendió desde sus orígenes, tanto hombres como mujeres en sus ministerios y la cual ha sostenido a la Iglesia en todo tiempo y contra toda oposición a la verdad, fue la SOLA “Cristo es Señor”, lo que implica un título propiamente SOLO a DIOS y a Jesucristo y para el bien de Su pueblo de todos los tiempos: Así, Christus Dominus, o Κύριος al final es SOLI DEO Gloria y Dominio.

Este es nuestro propósito y nuestra fe y doctrina, con fin de continuar la Reforma Hispana determinada por el único DIOS verdadero (Apocalipsis 7:9; 21:2; 22:17).

“Creo en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor…”
(El Credo de los Apóstoles).